Una de las cosas que me impresionaban para bien de
ese colegio eran los profesores que me habían tocado, todos eran bastante
agradables y no puedo decir que odiaba a ninguno de ellos, por el contrario, me
sentía cómoda con ellos como profesores.
La profesora de ingles
que me había tocado era muy simpática, le gustaba tirar la talla y hasta el
momento nunca la habíamos visto molesta, ella en una de las horas de ingles nos
había contado que pretendía hacer un taller avanzado de ingles, que lo
impartirían unos estudiantes del mismo colegio. Para ese entonces me llamo la
atención, quería saber como era el taller, me sentía lo suficientemente capas
para ir, digamos que mi ingles no era estupendo, pero creía que me alcanzaba
para entrar. Era una oportunidad donde podía aprender mas, conocer a gente y lo
mejor de todo es que iría con mis amigos: Fernanda, Marianela, Ángeles, Alejandro,
Valentina y Romina.
Para entrar al taller
debíamos hacer una mini entrevista con
la profesora de ingles, para saber si estábamos al nivel , aquel día yo no
asistí a clases por lo que no fui a la entrevista, recuerdo que el día
siguiente mis amigas emocionadas me contaron como había sido y que se habían
quedado ese mismo día al taller, me decían que eran tres amigos quienes lo
impartían, los describían como buenos
para tirar la talla y simpáticos.
Yo para unirme a ellos
debía quedarme el día jueves de esa misma ya que el taller se realizaba dos veces por
semana.
Así lo hice, me quede ese
jueves, pensé que eran de cuarto medio y que probablemente eran niños
cerebritos y estrictos –grave, grave error- eran todo lo contrario a lo que yo
me había imaginado, era extremadamente divertidos, no se tomaban muy enserio
sus roles. Me senté junto a Romina esa clase, me dedique a observarlos, el
primero era uno bajito de pelo negro rizado, tenia margaritas y su piel era
blanca, él era quien llevaba el taller principalmente, fue muy simpático y
quien nos solicito nuestros nombres para agregarnos a Facebook y mantener un
contacto con nosotros.
Otro de los amigos del
“niño de pelo rizado” era rubio, mas menos alto, de tez blanca y cara bonita,
tenia acné en su cara, muy típico de la edad
y al igual que el niño del pelo rizado fue muy simpático con todos
nosotros y el tercero era alto –mucho mas alto que yo- era moreno, de pelo
negro y liso, poseía unos ojos negros demasiados profundos, por lo general era
el quien nos hacia reír con sus chistes y tallas pesadas a todo lo que nosotros
decíamos o la manera en la que nos comportábamos.
Como era la primera clase,
debíamos escribir en una hoja algo breve sobre nosotros, lo que fuese, gustos
de música, las cosas que nos agradaban, nuestro nombre y curso.
El niño de pelo rizado me
hiso una pregunta pero tenia a Fernanda y Marianela atrás haciéndome reír
¡estaban chequeando!, solté una carcajada y les respondí bajito, mientras todos
los demás me miraban, iba a contestar su pregusta cuando…
-tiene problemas
atencionales- me dijo el moreno que se había volteado a mirarme, me quede
callada, y lo observe, jamás nadie me había siquiera insinuado que yo tenía
problemas atencionales, ¡jamás los tuve!, en el colegio anterior era una
destacadísima alumna, siempre puntual, dedicada, ordenada y sobre todas las
cosas, era la que siempre estaba atenta a todo, definitivamente problemas
atencionales no tenía.
Realmente me sentí cuando ese niño lo dijo.
Al terminar mi papel se
lo entregue al niño con el pelo rizado, el comenzó a leerlo en voz alta, cuando
se detuvo unos segundos y leyó “yo no tengo problemas atencionales” todos
rieron, yo mire al moreno alzando una ceja con mirada de desafío absoluta.
~*Ahora hay un pato tratando de escapar de la valla de la laguna del cerro.
Pienso que el ser humano muchas veces también desea escapar de las cosas que no
le permiten ser libre y que le han implementado como forma de vida. El ser
humano al igual que este pato, se ven obligados a estar donde no desean, en una
sociedad limitada y cuadrada, eso era exactamente lo que tú y yo deseábamos
romper.*~